Señor alcalde, ¿cuál es su estado de ánimo después de este tobogán de emociones y miedo?
Intento mantener la moral y el ánimo alto en todo momento, aunque he de reconocer que, en muchas ocasiones, las continuas órdenes y contra órdenes que hemos estado recibiendo desde instituciones superiores, nos han puesto a los alcaldes en un brete muy complicado ante nuestros vecinos.
Tener que interpretar casi a diario los boletines oficiales con las nuevas normas, prohibiciones y dar respuesta, casi inmediatas, a las continuas y comprensibles dudas de los ciudadanos, supone un estrés y una responsabilidad enorme, ya que uno es muy consciente que, dentro de esas normativas, hay restricciones que van a suponer un serio revés económico para muchos de ellos.
Se utiliza mucho el término resiliencia. ¿Barbastro tiene con su historia reciente un Máster de Resiliencia?
Nuestros ciudadanos han sido un ejemplo de adaptación a las circunstancias, de paciencia, solidaridad y responsabilidad desde el mismo momento en el que se decretó el estado de alarma. Sin embargo, la incertidumbre sobre el futuro y tener la sensación de vivir en una constante improvisación provocan muchas dudas e incertidumbres, totalmente entendibles. Es ahí, en esos momentos, donde debemos reforzar la confianza, el trabajo, la unidad y el compromiso de todos para salir más fuertes de una situación adversa, jamás conocida, y de la que sólo con esa unidad y compromiso podremos salir más reforzados.
Barbastro ha decidido que es momento de propulsarse: ¿Barbastro, Ciudad Abierta es un auténtico diálogo social para una nueva etapa?
Vivimos unos tiempos, y más en esta situación, en que es imprescindible el diálogo, el consenso, la moderación y arrimar el hombro para ir todos a una. Barbastro ha sido siempre una ciudad de referencia, de paso obligado hacia el Pirineo, un centro comercial y de negocios, ya no sólo de nuestra comarca, sino también para las limítrofes.
Una ciudad abierta porque la sentimos así, que quienes nos visitan se sientan como en casa y que aquellos que vienen por primera vez se sorprendan de lo mucho, variado y bueno que ofrecen sus calles, su gastronomía, su cultura, su historia y su bien más preciado: sus gentes.
Ciudad Abierta es un editorial, una declaración de intenciones. ¿En qué sentido la del Vero es una urbe para todo el orbe o que mira al orbe?
Barbastro es una ciudad abierta a todo el mundo, como demuestran los datos de visitantes que nos visitan cada año de todas las partes del mundo. Y llegan atraidos por el vino del Somontano, la Catedral, el Museo Diocesano, la Semana Santa, la próximidad de la Sierra de Guara y Torreciudad, o los eventos culturales-musicales-deportivos que se realizan durante el año, etc.
Impactados como estamos por la destrucción de la pandemia, ¿cuál es su perspectiva a corto y medio plazo para la ciudad?
El pasado noviembre de 2019 se aprobaron, por primera vez en la historia democrática de la ciudad, los presupuestos en tiempo y forma, para poder empezar a trabajar el 1 de enero. El 14 de marzo se paralizó el país y hemos tenido que hacer, hasta el día de hoy, tres modificaciones presupuestarias para adaptarnos a la excepcional situación acontecida por la COVID-19.
La visión, perspectivas e ilusiones que tenía para la ciudad hace un año se han visto frenadas, que no paradas, por esta pandemia. Todos somos conscientes de que, hasta que no haya un remedio eficaz contra el virus, la vida no podrá volver a ser cómo la conocíamos. Ahí es donde tenemos que saber reinventarnos y adaptarnos a esta nueva realidad, que no normalidad.
¿Cuál es el escenario del Barbastro posterior al plan estratégico que van a presentar?
El Plan Estratégico de Desarrollo Local, con el horizonte del 2030, es un plan participativo en el que se le ha dado voz a todos los que han querido participar y compartir su modelo ciudad a futuro. Se planteó al principio de este año, antes de que nadie pudiéramos imaginar la que se nos venía encima.
Se han recibido todas las encuestas, sugerencias y valoraciones de los ciudadanos y a partir de ahora se trabajará para dar forma a este plan de futuro que esperamos poder tener listo antes de final de año.
Defíname brevemente los ejes sobre los que ha de girar el desarrollo de Barbastro.
Barbastro es una ciudad eminentemente comercial y turística. Ahí es donde debemos seguir trabajando para mejorar; sin embargo, una de las cosas que más me preocupa es el desarrollo industrial. La atracción de empresas es fundamental para asentar población, y en ello estamos trabajando desde el primer minuto, a pesar de que esta crisis ha frenado, de momento, alguna iniciativa que ya estaba avanzada.
Queremos una ciudad agradable al ciudadano, ampliando las áreas peatonales y estableciendo nuevas zonas de aparcamientos céntricos para favorecer al comercio; una ciudad cómoda, limpia, accesible y que cuente con todos los servicios que los ciudadanos demandamos.
Mantenemos toda la ilusión y el convencimiento de que, poco a poco, con actitud, trabajo y perseverancia todo irá saliendo hacia adelante.
¿Cómo concibieron la idea de no suspender Ferma y lanzarse a convertir Barbastro en un recinto ferial… abierto?
Lo más cómodo y fácil hubiera sido suspenderla, pero FERMA es la segunda feria de Aragón, con una trayectoria de 59 ediciones ininterrumpidas, con un peso muy importante en la ciudad. Se consideró que, a pesar de las duras circunstancias en las que nos encontramos, había que ser valientes y dar un paso hacia adelante.
Si hacerla tal y como la conocíamos hasta ahora era inviable, decidimos darle un nuevo formato, garantizando todas las medidas de seguridad que marcan los protocolos, para ofrecer a comerciantes y empresarios una puerta para mostrar sus productos, en un momento en el que más necesitan este apoyo.
Ocio, negocio, conocimiento, innovación y sociedad. ¿Son los valores de la feria?
Creo que la ha definido muy bien. FERMA ha sido siempre un excelente escaparate, tanto comercial como social, para todos aquellos que han apostado por exponer en ella. También ha sido punto de encuentro de formación e información de sectores especializados en diferentes materias, tanto agrícolas, como agroalimentarias y de innovación, y es el marco en el que se establecen multitud de contactos y relaciones comerciales que redundan en un beneficio general.
¿El sello de Barbastro y el Somontano como despensa está determinado por su autenticidad o por su audacia?
Indiscutiblemente está determinado por su autenticidad. Cuando uno mira y lee todo lo bueno que se hace, produce y ofrece nuestra ciudad y comarca se sorprende, tanto por su calidad como su variedad.
Desde nuestro vino de la D.O. Somontano, el aceite, el tomate rosa, mermeladas, espárragos, quesos, miel, tortetas, chiretas, pastillos, dulces variados… el abanico y atractivo de nuestros productos es excepcional. Por ello se decidió crear el sello “La Despensa de Barbastro”, un distintivo que identifica aquellos productos que han sido criados o cultivados por productores locales o elaborados con materias primas, las recetas que recogen la tradición de los artesanos de nuestra ciudad y el Somontano, así como aquellos establecimientos en los que se pueden adquirir.
¿Está orgulloso de la reacción y la proactividad del comercio, la hostelería y los servicios de la ciudad?
Sin lugar a dudas, SÍ. Barbastro ha sido un referente comercial y hostelero de calidad, y eso se nota en las constantes campañas y acciones para dinamizar las compras y el consumo, que tan buena aceptación tienen en su conjunto.
El sector hostelero se ha visto catapultado en los últimos años, con la apertura de varios establecimientos en los que se prima la cultura del vino y de la tapa y que han activado notablemente el “tardeo” y revitalizado varias zonas de la ciudad, amén de la excelente restauración que puede disfrutarse en nuestra ciudad.
¿Cómo le convence a un empresario de que la suya es la mejor ciudad para invertir?
Además de las buenas comunicaciones que Barbastro tiene hacia Barcelona, Zaragoza, Madrid o el sur de Francia, creo que es hora de reivindicar la calidad de vida y excelentes servicios que ofrece. Además de su proactivo tejido social y buena convivencia ciudadana, nuestra ciudad es un “centro comercial abierto” con una profesionalidad contrastada, una oferta hostelera y hotelera amplia y de calidad, una completa oferta educativa desde Educación Infantil a Universitaria con la UNED, un Hospital, excelentes instalaciones deportivas, unos servicios básicos esenciales cubiertos con garantías y una comarca con unos atractivos histórico-turísticos excepcionales.
Apostar por una ciudad que ofrece todos estos servicios y esta calidad de vida redunda en la buena imagen de la propia empresa y en algo que también se debería tener en cuenta, garantizar a sus trabajadores que, si deciden instalarse en Barbastro con sus familias, tendrán totalmente cubiertas sus necesidades sociales, educativas y sanitarias.
Tiene importantes industrias, ¿pero aspira a fortalecer este tejido?
Por supuesto, y se está trabajando con ahínco y discreción para que ese tejido siga aumentando.
¿Aprecia oportunidades en la cultura para conseguir un apreciable valor añadido?
La cultura va ligada, de manera indefectible a la historia de Barbastro, tanto por la repercusión y relevancia de sus “hijos ilustres”, como por las múltiples actividades culturales que se realizan durante el año.
Entre todas ellas destaca el Certamen Literario que inició su andadura en el año 1969 y al que se presentan obras de todo el mundo en sus cinco modalidades, encabezadas por el Premio Internacional de Novela Ciudad de Barbastro y el Premio Internacional de Poesía Hermanos Argensola.
¿Qué significa para el alcalde entregar el Trofeo Ferma a las cuatro residencias de la Tercera Edad?
Orgullo por el enorme trabajo y responsabilidad que, tanto los trabajadores y residentes de las cuatro residencias de la ciudad, han realizado durante todos estos meses y que ha supuesto que en ninguna de ellas haya habido que lamentar ningún brote.
Ojalá el motivo para entregarles este premio no hubiera sido esta situación que estamos viviendo, pero dadas las circunstancias y el respaldo obtenido a la propuesta, es más que merecido concederles este sentido y sincero reconocimiento que, año tras año, valora el trabajo y compromiso de empresas, comercios y personas.
¿Siente que el eje de la autovía está inacabado en el cumplimiento de sus expectativas?
La construcción de la autovía A-22 era una necesidad prioritaria para el desarrollo de la provincia de Huesca y, en especial, para todas las poblaciones y comarcas que conformamos el eje oriental. En este eje, formado por las comarcas de Somontano, Cinca Medio y Litera, aglutinamos una población de más de 65000 habitantes y debemos saber aunar esfuerzos, propuestas y objetivos en común para que estos territorios, situados en una excepcional posición estratégica, lejos de perder población y oportunidades de trabajo y de desarrollo, sigan creciendo.
Queda mucho camino por recorrer, lo sabemos; pero la predisposición de todos es buena y esa es la mejor señal.